La universidad contemporánea se ve obligada a
adaptarse a su entorno, teniendo en cuenta entre otros factores, las nuevas
circunstancias del mercado de trabajo, los procesos de globalización y la
revolución de los medios de comunicación.
La calidad, efectividad y eficiencia de la actividad de las
universidades se puede medir de muchas formas que a veces no son compatibles
entre sí, pero en las circunstancias actuales es fundamental transmitir buenas prácticas y modelos exitosos de
instituciones. El incremento de los esfuerzos por
reestructurar la educación superior en nuestros días está configurando un marco
global para las instituciones de una gran competitividad con las demás, donde
deben optar por estrategias institucionales que las posicionen en un buen lugar
en el mapa de diversidad institucional dentro de su país o globalmente.
La diversificación,
junto a la expansión y la masificación de la educación superior en Europa
continúan siendo cuestiones controvertidas. Las voces críticas señalan la
tendencia a la pérdida general de calidad en la educación superior, así como a
los desajustes existentes en el mercado de trabajo. Sin embargo, las cuestiones sobre la
diversidad institucional difieren mucho entre Europa y los Estados Unidos,
mientras que en Estados Unidos existe un elevado grado de variedad
institucional vertical, en Europa se da una moderada diversidad vertical.
A
pesar de las deficiencias metodológicas que presentan los ranking
internacionales existentes, la Comisión Europea los reconoce como una forma
complementaria a la actividad de las agencias certificadoras de la calidad en
la Enseñanza Superior y útil para poder comparar y contrastar las instituciones
de enseñanza superior, para clasificarlas y establecer criterios de valoración.
Los rankings universitarios comparten la finalidad de comparar instituciones,
aunque en general difieren ampliamente según quién los objetivos de quien lo
desarrolla y lo que pretende medir, siendo la metodología muy variada, además
el hecho de que hasta hace poco no existieran unos criterios homogéneos de
elaboración ni a nivel nacional ni internacional, ha generado en ocasiones
menor rigor, validez, precisión y consistencia interna en los resultados
obtenidos.
Un
grupo internacional de expertos en ranking de la UNESCO ha elaborado una lista
con algunos criterios basados en los principios de Berlín, y que se refieren a
los siguientes aspectos a tener en cuenta en la elaboración de un ranking:
Propósito, a quién va
dirigido, y aproximación básica: Los criterios hacen
referencia a que los rankings tan sólo son un número, entre otras
aproximaciones distintas que existen para valorar la educación superior a
través de sus inputs, procesos y outputs. Este hecho debe ser reflejado por el
propio ranking. Los ranking más enfocados hacia el
mercado de estudiantes se centrarán en las características y condiciones de las
Instituciones de enseñanza, sus instalaciones, profesores, y los recursos
disponibles para el estudiante, mientras que un enfoque más centrado en
investigación se ocupará más de las trayectoria en investigación de la
universidad, la instalaciones de investigación disponibles, junto con el
reconocimiento de los académicos en esa universidad.
Metodología: Los criterios que contiene hacen referencia a que las características
de los indicadores seleccionados, su relevancia, validez, que tengan
perspectiva múltiple y multidimensional, que midan outputs preferentemente a
inputs, transparencia, publicidad del peso de los indicadores, controlar el
peso de los mismos por campo y/o estructuras. Asimismo que la metodología
permanezca constante, sin variaciones que impidan la variación de resultados
entre años.
Publicación
y presentación de resultados: Los rankings deberían
proveer a los usuarios un conocimiento claro de todos los factores utilizados
para desarrollar el mismo, así como ofrecer la posibilidad de elección de la
forma en que son presentados los resultados (eligiendo ellos mismo el peso de
cada factor). Un tipo de ranking que cada vez se publica
con mayor frecuencia son aquellos cuyos indicadores se miden a través de la
página Web de Internet , de forma que se permite una interacción con los
usuarios pudiendo seleccionar éstos los
indicadores clave en la creación de una puntuación global. Este enfoque transfiere
la responsabilidad de medir la "calidad" desde el autor del ranking,
hacia el futuro estudiante o hacia cualquier usuario del mismo.
Transparencia y respuesta: La experiencia acumulada con respecto al grado de confianza y
popularidad de un determinado ranking
demuestra que mayor transparencia significa mayor credibilidad del mismo.
Garantía de calidad: Los rankings tienen que aplicar medidas de control de calidad a los
propios procesos del ranking. Asimismo deberían proporcionar medidas
organizacionales que mejoren la credibilidad del mismo.
En
general los rankings universitarios globales, o
sistemas de clasificación de la de las universidades, se han ido
institucionalizando convirtiéndose en una pantalla internacional para comparar
la calidad de las universidades. Sin embargo, estos rankings tienen el riesgo
de ser utilizados como herramientas de comercialización, orientados
principalmente a sus principales clientes: estudiantes, empresas y Estado,
antes que a sus procesos de autoevaluación y mejora continua.
Julia Romero
Univesitat de Vaència