Los beneficios que la educación presenta
en el individuo y en la sociedad son incuestionables, así numerosos estudios
OCDE demuestran
que los individuos con mayor nivel educativo viven más años, están más satisfechos con la vida y cobran mayor salario. Sin embargo, la
educación ejerce un papel muy positivo para la sociedad en general, generando sociedades con mayor
capital social, y por lo tanto más cohesionadas y justas.
Uno de los aspectos importante a considerar
es el papel de redistribución de la renta que ejerce en la población, siendo
necesario, en términos generales, disponer de estudios secundarios de segundo
ciclo o superiores. Para analizar este
aspecto, repasamos en este post algunos de las cuestiones relativas a las tasas
de matrícula, graduación y procedencia de los jóvenes españoles.
El año 2010 el porcentaje de
población entre 25 y 34 años que no ha
completado sus estudios secundarios era del 35%, cifra que no supera el 20% en la mayor parte
de los países de nuestro entorno, si bien, es importante destacar que en las
últimas décadas hemos avanzado, ya que hace 20 años superaba el 50%, se observa
por tanto una cierto convergencia hacia los países más desarrollados, aunque
lenta. Las elevadas tasas de fracaso escolar en España,
que a pesar de haber disminuido de forma importante con las crisis, aún se
sitúan entorno al 25% en 2012, el nivel más bajo en muchos años, pero alejado
del 10% que plantea la estrategia 2020.
Una de las explicaciones de este hecho radica, según Lassibille y Navarro (2008) en el carácter no diferenciado de los sistemas
de enseñanza que niegan el carácter plural de los talentos e impide a muchos
estudiantes adquirir cualificaciones en la medida de sus capacidades y negociables
en el mercado de trabajo. Nuestro sistema educativo implica la necesidad de
completar la educación secundaria obligatoria antes de poder optar por un
modelo de enseñanza más práctica y orientada al mercado, frente a los estudios
más generalistas enfocados haca la continuación de estudios y la Universidad. Las
mayores diferencias en cuanto a la educación en España se sitúan por tanto en
las enseñanzas medias en la población en general 25-64, pasando del 16%
en 2000 al 22% en 2010, aún estamos lejos de las cifras de la OCDE (44%) y de
la Unión Europea (48%), INEE (2012)
Este 35% de población joven que no completa sus
estudios secundarios implica jóvenes no cualificados, con poco acceso al
mercado de trabajo, y mucho menos a un salario digno. Este es, sin duda, uno de
los problemas más importantes del sistema educativo español. En sentido
positivo es importante destacar el cambio de tendencia en la orientación de los
estudios secundarios de segunda etapa (no obligatorios). Así de 2000 a 2008 el
porcentaje de alumnos que se han decidido por la formación profesional se ha
incrementado en 10 puntos porcentuales, siendo en estos mayor su tasa de
graduados sobre matriculados.
Matrícula (%
según orientación de estudios) Graduación
Fuente: Casquero y Navarro (2012)
El porcentaje de jóvenes que
potencialmente podrían acceder a la Universidad en 2008 era del 45%, cifra
similar a la media de la UE: Pero de qué clase social son esos jóvenes,
¿acceden en España todos los estratos sociales a la Universidad? La tabla que
reproducimos a continuación explica en gran medida la evolución de la sociedad
española. El bajo nivel educativo que se
presentaba en la población española en
las cohortes más altas, las correspondientes a los padres de los universitarios,
el 48% (45-54 años) y el 32% (55-64 años) tienen estudios secundarios o
superiores, ha hecho que muchos de sus
hijos hayan superado el nivel educativo, así como el nivel de renta de sus
padres. Este aumento de la población con estudios universitarios, implica un efecto
igualador de clases, ya que niveles educativos más elevados, llevan asociados
mayores niveles de renta.
Así se observa
como entre los jóvenes de 20-34 años que han accedido a la Universidad, un 32% proceden de familias
con nivel de estudios bajos, cifra muy importante, pero que sólo alcanza a la
mitad de los que potencialmente pertenecen a ese estrato social. Por el
contrario, aquellos progenitores que poseen estudios superiores (apenas un 20% del total de padres de los jóvenes entre 20-35 años)
han conseguido que sus hijos supongan más del 43% de los estudiantes
universitarios, aumentando por lo tanto la distancia respecto a las clases más
desfavorecidas. Las clases medias, o dicho de otro modo, aquellos que presentan
estudios medios han aumentado ligeramente su presencia en la Universidad,
respecto a la que tienen en la sociedad en general. Analizado en términos de
movilidad (tabla A.6.3) Según el 45% de la población española entre 25 y 34 años
alcanza un nivel educativo más elevado que el de sus padres y un 6% tiene un
nivel inferior, situación que se produce de modo más acusado en aquellos países
que partían de bajos niveles educativos en la población.
¿Qué podría explicar este hecho, teniendo
en cuenta la existencia de tasas de matrícula relativamente bajas? Son muchos
los estudios que indican que el nivel educativo de los padres (y en mayor medida los de las madre, ver
Investigaciones de Economía de la Educación) condicionan el éxito escolar de
los hijos. Es cierto que hay un 32% de universitarios cuyos padres no disponían
de ningún tipo de formación, cifras similares a los países con mayor atraso
educativo histórico como Grecia y Portugal, pero la mayor parte de estos
estudiantes abandonan sus estudios ante de finalizar la secundaria y no tienen por
lo tanto acceso a una educación universal y cuasi-gratuita como ha sido la
Universidad en España.
Como conclusión
podemos señalar que la Universidad en España ha ejercido un efecto
redistributivo de rentas, permitiendo a un elevado porcentaje de alumnos con
pocos recursos acceder a ella, pero sin embargo las elevadas tasas de fracaso
en secundaria llevan a reproducir un sistema social con un elevado porcentaje
de población sin estudios 35% entre los más jóvenes, que difícilmente nos
permitirá alcanzar la convergencia en relación a los países de nuestro entorno,
en formación y por lo tanto en un sistema económico desarrollado.
Hemos pasado de una Universidad de élites
a una Universidad de masas, pero no hemos logrado incluir en ella a todos los
estratos de la población. Si bien un importante número de hijos de padres sin
estudios han logrado el éxito académico, siguen reproduciéndose los patrones
que llevan a las clases medias a permanecer con mayor número de titulados
universitarios entre sus hijos, y por lo tanto un mayor nivel de rentas
futuras.
Lograr que aquellos que proceden de
familias con menos recursos puedan concluir de manera exitosa sus estudios
medios, es un paso previo para que puedan acceder a un sistema universitario
accesible, pero no aún para todos. Potenciar el sistema de becas, no sólo en la
Universidad, sino desde edades tempranas, fomenta la cultura del esfuerzo y el
sacrificio, que ayudará a sacar adelante a muchos jóvenes que de otro modo,
debido a las condiciones sociales y familiares de su entorno no podrían tener
acceso a la educación, a pesar de ser universal y cuasi-gratuita.
Isabel Neira
INEE (2012) Panorama de la Educación Indicadores de la OCDE 2012. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Lassibille, G. y Navarro, Mª L. (2008): La eficiencia del sistema español de enseñanza a la luz de su organización. Revista española de Pedagogía, vol.241.
ANEXO TABLAS
Fuente: OCDE (2012)
Table A6.3.
Educational mobility of 25-34 year-old non-students by parent's level of
education (2009)
|
|||||||
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Men and Women
|
|||||
|
|
Downward mobility
|
Upward mobility
|
Status quo
|
|||
Country
|
notes
|
Low
|
Medium
|
High
|
Total
|
||
|
|
(1)
|
(2)
|
(3)
|
(4)
|
(5)
|
(6)
|
Australia
|
1
|
9%
|
49%
|
10%
|
12%
|
21%
|
42%
|
Austria
|
|
14%
|
26%
|
6%
|
45%
|
8%
|
59%
|
Belgium
|
|
12%
|
40%
|
12%
|
14%
|
21%
|
47%
|
Canada
|
2
|
19%
|
36%
|
4%
|
16%
|
26%
|
46%
|
Chile
|
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
Czech Republic
|
6%
|
49%
|
6%
|
31%
|
9%
|
45%
|
|
Denmark
|
24%
|
28%
|
4%
|
16%
|
28%
|
48%
|
|
Estonia
|
|
27%
|
16%
|
3%
|
30%
|
23%
|
57%
|
Finland
|
|
21%
|
27%
|
2%
|
26%
|
24%
|
51%
|
France
|
|
10%
|
45%
|
10%
|
19%
|
15%
|
45%
|
Germany
|
22%
|
20%
|
6%
|
37%
|
15%
|
59%
|
|
Greece
|
|
6%
|
48%
|
23%
|
15%
|
8%
|
46%
|
Hungary
|
|
5%
|
53%
|
13%
|
19%
|
10%
|
42%
|
Iceland
|
|
29%
|
26%
|
10%
|
18%
|
17%
|
45%
|
Ireland
|
|
5%
|
57%
|
13%
|
11%
|
14%
|
38%
|
Israel
|
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
Italy
|
|
6%
|
45%
|
29%
|
15%
|
5%
|
49%
|
Japan
|
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
Korea
|
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
Luxembourg
|
9%
|
41%
|
10%
|
17%
|
23%
|
51%
|
|
Mexico
|
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
m
|
Netherlands
|
17%
|
39%
|
10%
|
13%
|
22%
|
45%
|
|
New Zealand
|
1
|
18%
|
27%
|
5%
|
25%
|
24%
|
55%
|
Norway
|
|
22%
|
25%
|
4%
|
23%
|
26%
|
53%
|
Poland
|
|
3%
|
64%
|
7%
|
16%
|
10%
|
33%
|
Portugal
|
|
3%
|
38%
|
51%
|
3%
|
5%
|
59%
|
Slovak Republic
|
6%
|
18%
|
3%
|
66%
|
8%
|
77%
|
|
Slovenia
|
|
12%
|
39%
|
3%
|
37%
|
9%
|
49%
|
Spain
|
|
6%
|
45%
|
32%
|
5%
|
12%
|
49%
|
Sweden
|
|
15%
|
45%
|
5%
|
15%
|
20%
|
40%
|
Switzerland
|
14%
|
31%
|
6%
|
31%
|
19%
|
56%
|
|
Turkey
|
|
3%
|
31%
|
60%
|
3%
|
4%
|
66%
|
United Kingdom
|
13%
|
41%
|
15%
|
11%
|
20%
|
47%
|
|
United States
|
2
|
19%
|
22%
|
8%
|
29%
|
23%
|
60%
|
|
|
|
|
||||
OECD average
|
13%
|
37%
|
13%
|
21%
|
16%
|
50%
|
|
EU21 average
|
12%
|
39%
|
13%
|
22%
|
15%
|
49%
|